martes, 29 de septiembre de 2009

Romanticismo Estadounidense

Romanticismo Oscuro



El romanticismo oscuro ("Dark romanticism", en inglés) es un subgénero literario estadounidense surgido en el siglo XIX a partir del movimiento filosófico denominado trascendentalismo. Las obras de este subgénero, pues, se vieron muy influidas por el trascendentalismo, aunque no comulgaban con sus ideas. El romanticismo oscuro, a grandes rasgos, se manifiesta mucho menos optimista que aquél acerca de la condición humana, la naturaleza y la divinidad. Los autores más representativos de la corriente son: Edgar Allan Poe, Nathaniel Hawthorne, Herman Melville, y también se adscriben a la misma la poetisa Emily Dickinson y el poeta italiano Ugo Foscolo.






Origen



La expresión romanticismo oscuro proviene por un lado de su condición pesimista y por otro de la influencia del primigenio movimiento romántico. Su nacimiento se produjo a mediados del siglo XIX, como se ha dicho, a partir del trascendetalismo. Éste se originó en Nueva Inglaterra a cargo de intelectuales de renombre como Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau y Margaret Fuller, y cosechó gran prestigio más o menos desde 1836 hasta finales de los 1840s. El movimiento tuvo gran influencia en distintas áreas, como la literatura, a medida que los escritores iban imbuyéndose de su doctrina. Mientras tanto, ciertos autores, entre ellos los citados Poe, Hawthorne y Melville, encontraron las ideas trascentalistas demasiado optimistas o egoístas, y reaccionaron contra ellas a través de sus obras poéticas y prosísticas; ésta sería la tendencia que daría origen al "Dark Romanticism".




Características


El trascendentalismo influyó a los autores del romanticismo oscuro de manera diferente, de ahí que la crítica haya señalado las distintas maneras que tuvieron estos autores de romper con esa corriente. En primer lugar, los románticos oscuros confían muy poco en la perfección como una cualidad innata del ser humano, idea clave de los trascendentalistas. Como consecuencia, sus personajes son propensos al pecado y a la auto-destrucción, ya que no poseen inherentemente ni la gracia divina ni la sabiduría. G. R. Thompson expresa este desacuerdo, afirmando que mientras que el pensamiento trascendentalista concibe un mundo en que la divinidad es inmanente «los románticos oscuros adoptan imagénes del mal antropomorfizado en forma de demonios, vampiros, fantasmas o monstruos». En segundo lugar, aunque ambos grupos sostienen que la naturaleza es una fuerza profundamente espiritual, el romanticismo oscuro la contempla bajo una luz siniestra, al contrario que el trascendentalismo, que ve en la naturaleza una especie de mediador orgánico y universal con la divinidad. Para estos románticos, al contrario, el mundo natural es sombrío, decadente y misterioso, y sus revelaciones para el hombre son de carácter maligno o infernal. Finalmente, mientras que los trascendentalistas abogan por la reforma social en su caso, sus contrarios con frecuencia proponen personajes que fracasan una y otra vez en sus intentos de mejorar sus vidas. Thompson resume de la siguiente forma las características del subgénero:
La incapacidad del hombre caído por comprender plenamente los inquietantes guiños de un reino sobrenatural que aún parecía no haber llegado; la constante perplejidad ante los fenómenos metafísicos e inexplicables; la propensión a una conducta perversa o inmoral, sin regla ni medida, y un sentido de culpa sin nombre combinado con la sospecha de que el mundo externo no es más que una ilusión de la mente: tales son los elementos principales que opusieron los románticos oscuros a la corriente principal del romanticismo.











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